lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Y qué creo yo?

No creo en muchas cosas: no me creo todo lo que cuentan en la televisión, no creo en que todo pase por algún motivo, no creo en el amor a primera vista, no creo en la sociedad en la que vivimos, no creo en una vida después de la muerte y he llegado a un punto en el que tampoco creo en Dios. No pretendo crear ofensa pero al igual que no creo en otras cosas, ¿por qué no iba a poder no creer en Dios? Tengo la noción de que hubo un momento en el que sí que lo hacía, pero creo que era por mera influencia y porque seguía a la masa. Llegué a hacer la Primera Comunión sí, pero después de aquello no sentí que la vida me cambiaba, seguía siendo igual y, a medida que pasaba el tiempo me fui creando mis propias ideas. Hay gente que me dice que en Dios encuentra felicidad, encuentra paz y, sobretodo, encuentra seguridad. Esta seguridad se ve causada porque el origen del mundo y la naturaleza está explicada a su manera y no da opción a que dudes de ella, pero yo no soy así, no me creo lo que me dan, lo analizo y no lo tomo de forma acrítica. Creo que la ciencia, aunque no es exacta es lo más parecido a ello y por mucho que nos quede por averiguar siempre creeré en que es el método más eficaz. Si es verdad aquello de que todos tenemos libertad de pensamiento, que hay indeterminismo, ¿por qué no voy a poder pensar lo que yo quiera?



 Este es uno de los motivos por los que no creo tampoco en la sociedad, aparte de por el machismo, racismo y homofobia, corrupción y mil daños más que existen. Nunca he llegado a creerme que mi abuelito "estuviera en el cielo" pero si que me permito tener conversaciones, en las que siempre prevalece el monólogo, con él. No creo que me escuche, tampoco lo espero. Los que creéis que todo ocurre por un motivo, esta reflexión ha sido espontánea y no creo que aporte nada en un futuro, pero si de veras lo pensáis, no cambiéis de opinión...

Hasta pronto, Mar x.

No hay comentarios:

Publicar un comentario